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¿Te Sientes Sola?

¿Te Sientes Sola?

¿Eres de las personas que llegan a su casa e inmediatamente prenden la televisión para sentirse “acompañada” por el sonido? ¿O, acaso eres de aquellas personas que siempre tienen que tener música sonando o que tienes que estar en el celular viendo los últimos acontecimientos en las redes sociales?

¡Si la respuesta es sí, no estás sola! La soledad es algo a lo que el ser humano le tiene pavor, y buscamos siempre maneras de no enfrentarnos a ella.

A veces trabajando en exceso, bebiendo para abstraernos de esa sensación de “vacío” que sentimos, o muchas otras, acompañándonos de quien sea que esté disponible para acompañarnos.

En el planeta hay millones de personas que se sienten solas, tristes, deprimidas y sin muchas ganas de vivir. Esta sensación está convirtiéndose en una pandemia de enormes proporciones.

Esta sensación de vacío, de falta de amor, de propósito, ha llevado ya, según la Organización Mundial de la Salud, a qué más de 300 millones de personas hayan sido clínicamente diagnosticadas con depresión.

Pero no termina ahí… los expertos estiman que el triple de esta cantidad, es decir, casi un billón de personas que aún no han sido diagnosticadas oficialmente viva en profunda depresión y sin ningún ánimo por la vida. ¿Te imaginas? Es una verdadera pandemia que afecta a todos los grupos étnicos, sociales, culturales y no respeta ni edad ni género. Se puede decir que la depresión es la enfermedad del siglo XX y del actual también, aumentando a pasos agigantados.

El suicidio está también aumentando en números asustadores. En el corto tiempo que llevas leyendo estas líneas, 3 personas ya se han quitado la vida. Una cada 40 segundos. Y para cuando termines de leer, aproximadamente 45 seres humanos habrán dejado de existir por su propia mano.

¿Por qué todo esto? ¿Por qué está carencia y soledad tan grandes?

La respuesta es simple: por que no estamos amando a la persona correcta.

Nos la pasamos buscando a “la pareja ideal”, queriendo ser amados a toda costa y alejar la soledad como si fuera la peste. Pero siempre nos olvidamos de que la persona más importante del mundo está siempre cerca, siempre dispuesta y tan sólo esperando a recibir ese amor que tanto queremos para nosotros.

Somos negligentes con ella cuando es ella precisamente quien podrá amarnos más que nadie en el mundo. Es ella quien jamás nos abandonará ni nos dará la espalda. Es ella quien mejor nos conoce y quien nunca nos dejará caer si la dejamos.

Esa persona está enfrente de nosotros cuando nos paramos frente a un espejo. Esa persona eres tú...

Pasamos la vida queriendo ser amados por otros. Ser servidos por otros. Sin comprender que hemos nacido para amar y para servir. No para ser amados ni para ser servidos.

La sociedad, la familia, el Internet y los medios de comunicación nos han hecho idealizar vidas que en realidad no son ni remotamente lo que en realidad necesitamos y queremos. Pero es lo que “se espera” de nosotros.

Hay quienes se van al otro extremo y se llenan de mascotas y los tratan mejor que a cualquier niño, causando situaciones francamente patéticas donde vemos pequeños perros o gatos vestidos, en carriolas, siendo alimentados en la boca, etc. Olvidándonos de los millones de niños que darían lo que fuera por una mano amorosa que tan sólo les acariciara la cabeza.

Al no obtener esas “vidas ideales” que nos hemos imaginado, caemos en un profundo pozo de frustración, soledad y angustia. Pensamos que nunca podremos ser felices sin una persona específica y hasta llegamos a humillarnos y a faltarnos al respeto por conseguirla.

Todo esto muestra una gran falta de amor y respeto por uno mismo.

Cuando nos amamos nos respetamos. Cuando nos amamos, honramos al Creador que nos dio la oportunidad de estar en esta Tierra y heredar nuestro derecho a ser felices. Cuando nos amamos, recuperamos nuestro poder, ese poder que nos pertenece por derecho Divino. Cuando nos amamos, no permitimos que nadie nos trate ni un poco menos de lo que sabemos que merecemos.  Cuando nos amamos, ni siquiera necesitamos que alguien nos ame o nos haga sentir importantes. Porque la persona más importante del mundo ya nos ama profundamente...

Obviamente, es nuestro Creador quien más podrá amarnos, pero en esta publicación en particular, quiero concentrarme en llamar tu atención a la importancia del auto-amor y el auto-respeto que tan vital es para nuestra felicidad presente y futura.

El auto-amor es vital. Cuando nos amamos, aprendemos a amar y enseñamos a otros a hacerlo también.

En estos tiempos donde la mayoría sufren por carencias imaginadas o reales, el dilema del puerco espín de Schopenhauer viene al caso perfectamente. Arthur Schopenhauer fue un filósofo alemán del siglo XIX. Era un hombre profundamente solitario.

Nos narra en uno de sus libros sobre la vez en que observó a un grupo de puerco espines en el frío invierno alemán. Estaba en una montaña y notó que los puerco espines, obligados por el frío a buscar calor entre ellos, trataban de pegar sus cuerpos, pero se espinaban los unos con los otros.

Ahí, se separaban, pero al volver a sentir frío, volvían a intentar acercarse, solo para separarse de nuevo lastimados por las espinas clavadas. Esto los obligaba a quedarse solos...

Esto ocurre con nosotros también. La soledad y el miedo a estar solos nos hace buscar compañías y parejas que no necesariamente son las que más nos convienen, pero nos resignamos a ello con tal de cumplir el deseo de “vivir acompañados” y con la esperanza de “ser felices”. De la misma forma, otras personas encuentran en nosotros a las personas equivocadas. Piensa en esto…

Yo te invito a atreverte y no tenerle más miedo a esa soledad, que en realidad puede ser tu cómplice y mejor amiga disfrazada si sabes verla con el lente adecuado.

La soledad nos obliga a mirarnos al espejo de nuestra realidad. Huimos de ella porque cuando estamos solos, no conseguimos engañarnos y toma mucho valor enfrentarnos a nuestra realidad y a aceptar nuestras fallas. Es siempre más fácil culpar a los otros por nuestros dramas en vez de enfrentarnos a nuestra responsabilidad y tomar acción para eliminar esa sensación de carencia por medio de el valor de ser quienes somos, encontrar el propósito de nuestra existencia en esta vida y ser de servicio al planeta y a nuestros vecinos en la Tierra.

Trabajamos en exceso, buscamos relaciones sexuales sin fondo espiritual y nos hundimos cada vez más en las arenas movedizas de una que amenaza con entristecernos sin remedio. De la misma forma nos hemos vuelto adictos a los “teléfonos inteligentes” que en realidad parecen ser más listos que nosotros.

Hemos caído en la trampa de maquillar y enmascarar esta carencia afectiva y esta soledad en el uso constante del aparatito y nos encontramos frecuentemente sumergidos en búsqueda de nuevas publicaciones en las redes sociales, tan solo consiguiendo deprimirnos aún más, ya que, en las redes, la gente miente constantemente publicando una fantasía de vida en la cual aparentan una perfección que no existe.

Tenemos miles de “amigos” y seguidores en Facebook, Instagram, Twitter, etc.  pero en la vida real, no tenemos realmente a nadie. Descubrimos que es “más fácil” y también menos riesgoso (en apariencia) no enfrentarnos a personas de carne y hueso y hablar en persona y no por texto, WhatsApp, etc. Y, según nosotros, conseguimos sentir la sensación de no estar solos.

Así, el puerco espín, consigue momentáneamente algo de calor en el frío de su casi permanente soledad. Pero este calor no dura porque es completamente falso.

¿Cuándo fue la última vez que saliste a solas? ¿Que tuviste una cita contigo y te llevaste al cine, al teatro, a cenar o algo similar?

A veces me causa gracia las caras de mis clientes cuando les propongo que tengan citas consigo mismas. ¡Se me quedan viendo como si les hubiera hecho una propuesta terrible y después de un segundo sin saber qué decir, algunas me dicen “¡cómo crees!” “¡Qué van a pensar de mí!” Como si salir a solas fuera un pecado, y probablemente lo es, entre la gente que no se atreve a amarse a si misma.

¡Tenemos que parar de entregar nuestro poder a otros! ¡El poder absoluto nos pertenece por herencia divina y tenemos la responsabilidad y la obligación de ser felices!

Así que te invito a enamorarte de ti misma. A tener una relación contigo. A hacerte la corte, a sacarte a pasear, a viajar sola y conocer, no sólo otros países y culturas, sino a ti misma en el proceso. ¡Verás que la experiencia será inolvidable!

Mira, cuando buscamos esta soledad de una manera consciente, valiente y sabia, buscando abstraernos del “ruido” de la sociedad para llevar a cabo y crear proyectos de vida importantes, los resultados son increíbles. Yo, personalmente amo salir conmigo, sacarme a cenar a mi lugar favorito al menos una vez por semana, ir al cine y comerme mis palomitas con gusto, caminar, tomar café, pensar, sentir, ¡vivir!

Es así, a solas, que he logrado crear mis mejores obras, desarrollar mis mejores proyectos y aprender tanto sobre aquello que más me interesa que es nuestra realidad espiritual y la naturaleza humana.

Por ello, te pido que medites sobre lo que hoy has leído aquí. Estoy seguro que encontrarás joyas de luz en tu interior si consigues escuchar “la voz del Maestro” que habita en ti.

Me encantaría saber tu opinión sobre este tema, no dejes de mantenerte en contacto conmigo. Si necesitas ayuda para salir de cualquiera de los estados que he mencionado aquí, mándame un eMail y con gusto te ayudaré.

¡Que tengas una semana llena de luz, bendiciones, alegrías y amor!

Ricardo

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